El lunes iniciamos las clases en el colegio Santa Tere, y estas semanas han sido intensas, preparación, planificación, talleres, jornadas. Se presentan nuevos desafíos, nuevos estudiantes, nuevos sueños y muchas inquietudes.
Quería escribir sobre el inicio de clases, pensé en presentar algunos recursos educativos que pienso utilizar, tal vez como colaboración para otros colegas, sin embargo, recordé unas palabras sobre las que reflexionamos en la jornada de hoy: el estupor.
Declaro que envidio la capacidad de admiración que tiene mi hijo, que tienen los niños, esa mirada limpia que es capaz de maravillarse ante la naturaleza, reconocer la presencia del otro y acercarse, capacidad para descubrir la novedad, ¡qué bendición es ser como niños!
Así que, pensando en los que siguen mi blog, muchos de ellos amigos míos con quien compartimos la pasión y la aventura de enseñar y aprender, les dejo con una bella postal de Rene Trossero: Educas cuando...
Espero les guste.
No educas cuando impones tus convicciones,
sino cuando suscitas convicciones personales.
No educas cuando impones conductas,
sino cuando propones valores que motivan.
No educas cuando impones caminos,
sino cuando enseñas a caminar.
No educas cuando impones el sometimiento,
sino cuando despiertas el coraje de ser libres.
No educas cuando impones tus ideas,
sino cuando fomentas la capacidad de pensar por cuenta propia.
No educas cuando impones el terror que aísla,
sino cuando liberas el amor que acerca y comunica.
No educas cuando impones tu autoridad,
sino cuando cultivas la autonomía del otro.
No educas cuando impones la uniformidad que adocena,
sino cuando respetas la originalidad que diferencia.
No educas cuando impones la verdad,
sino cuando enseñas a buscarla honestamente.
No educas cuando impones un castigo,
sino cuando ayudas a aceptar una sanción.
No educas cuando impones disciplina,
sino cuando formas personas responsables.
No educas cuando impones autoritariamente el respeto,
sino cuando lo ganas con tu autoridad de persona respetable.
No educas cuando impones el miedo que paraliza,
sino cuando logras la admiración que estimula.
No educas cuando impones información a la memoria,
sino cuando muestras el sentido de la vida.
No educas cuando impones a Dios,
sino cuando lo haces presente con tu vida.
Rene J. Trossero.